domingo, 13 de mayo de 2012

No me alejé demasiado de mi ciudad natal en mi primera jornada de viaje. Decidí detener pronto mi avance una vez caída la noche. Conocía el terreno y no temía por encontrar una buena zona para acampar, pero quería evitar perder horas de sueño, para retomar temprano el camino y de esa manera avanzar lo máximo posible en el nuevo día.

Los caminantes de las estrellas no necesitamos dormir demasiadas horas, tal como tienen que hacer otras razas menores, para recuperar nuestras energías. Sin embargo era incapaz de desvincularme del todo de las sensaciones producidas por la aventura que comenzaba, y no logre sumirme en el profundo sueño de los elfos, inquieto como estaba mi espíritu. Desvelado definitivamente y algo entumecido el cuerpo por no tener el descanso adecuado, me reincorpore al trayecto antes de lo previsto, con unas cuantas horas de noche profunda aun por delante antes del amanecer.

No hay comentarios: