miércoles, 3 de junio de 2009

Encamino mis pasos hacia el palmeral, la senda que despide y da la bienvenida a todos los que trasiegan entre la vieja ciudad portuaria y el resto de lejanas comarcas. A los lados, los hogares silenciosos de sus habitantes, son el mudo testigo de mi partida. Las blancas fachadas de abedul, talladas con los intrincados misterios de los artesanos elfos, reflejan los últimos rayos del astro crepuscular, ya adormilado.

martes, 2 de junio de 2009

Pero no es momento para sumirse en las tristezas y las añoranzas, es la hora de afrontar el futuro, un camino, tal vez ese destino, que lleva años paciente, esperando su tiempo de colmar mis dias.